La artimaña de la esposa de Potifar y el encarcelamiento de José (Génesis 39:1-20)
El tiempo que trabajó para Potifar le dio a José un amplio rango de responsabilidades fiduciarias. Al comienzo, José solo estaba “en” la casa de su amo. No sabemos qué función tenía, pero cuando Potifar reconoció las aptitudes de José, lo promovió para que fuera su mayordomo personal y “entregó en su mano todo lo que poseía” (Gn 39:4).
Después de un tiempo, la esposa de Potifar se interesó sexualmente en José (Gn 39:7). El rechazo de José hacia las insinuaciones de la esposa fue claro y razonable. Él le recordó la confianza que Potifar había depositado en él y describió la relación que ella buscaba en los términos morales o religiosos de “gran maldad” y “pecar” (Gn 39:9). Él era sensible a las dimensiones sociales y teológicas y, además, opuso resistencia de forma verbal repetidamente e incluso evitaba estar donde ella estuviera. Cuando se vio físicamente agredido, José tomó la decisión de huir medio desnudo en vez de ceder.
Este caso de acoso sexual se llevó a cabo en una relación de poder que desfavorecía a José. Aunque ella creía que tenía el derecho y el poder de usar a José de esta manera, claramente sus palabras y su trato no eran bien recibidos por parte de él. Por su trabajo, José debía estar en casa donde ella estaba y no podía hablar del tema con Potifar sin interferir en su relación matrimonial. Incluso después de su escape y arresto bajo cargos falsos, parece que José no tuvo a dónde recurrir legalmente.
Los aspectos de este episodio tratan de cerca los problemas del acoso sexual en el lugar de trabajo actualmente. Las personas tienen diferentes estándares de lo que son las palabras o el contacto físico inapropiados, pero con frecuencia se deben considerar los caprichos de aquellos en el poder. A menudo se espera que los trabajadores les reporten a sus superiores los incidentes de acoso potencial, pero por lo general son reacios a hacerlo porque saben que se arriesgan a la ofuscación y retaliación. Para agravar esto, aunque el acoso se puede registrar, los trabajadores se podrían ver afectados por haber reportado la situación. La piedad de José no lo rescató de ser acusado falsamente y del encarcelamiento. Si nos encontramos a nosotros mismos en una situación similar, nuestra devoción no es garantía de que podamos escapar ilesos. No obstante, José le dejó un testimonio educativo a la esposa de Potifar y posiblemente a otros en la casa. Saber que pertenecemos al Señor y que Él defiende al débil, ciertamente nos ayudará a enfrentar las situaciones difíciles sin darnos por vencidos. Esta historia permite reconocer de forma realista que levantarse en contra del acoso sexual en el lugar de trabajo puede tener consecuencias devastadoras. Aun así, también es una historia de esperanza de que por la gracia de Dios, el bien puede triunfar eventualmente. José también es un ejemplo para nosotros, de que incluso cuando somos acusados falsamente y tratados incorrectamente, debemos seguir adelante con el trabajo que Dios nos ha dado, permitiendo que Dios arregle la situación al final.