Trabajar duro para el bien y para dar (Efesios 4:28)
Entre las exhortaciones prácticas en Efesios 4–6, hay dos pasajes que tratan específicamente con temas relacionados con el trabajo. El primero está relacionado con el propósito del trabajo. “El que robaba, que no robe más, sino que trabaje honradamente con las manos para tener qué compartir con los necesitados.” (Ef 4:28, NVI). Aunque apunta de inmediato a los que roban, el consejo de Pablo es relevante para todos los cristianos. El término griego traducido en la NVI como “honradamente” (to agathon) significa literalmente “para el bien”. Dios siempre está guiando a los cristianos a que hagan el bien. El lugar de trabajo es un contexto crucial en el que podemos hacer muchas de las buenas obras que Dios preparó para nosotros (Ef 2:10).
Por medio de nuestro trabajo también ganamos recursos suficientes para compartir con los necesitados, ya sea directamente en la iglesia o por otros medios. Aunque una teología del trabajo no es igual a una teología de la caridad, este versículo las relaciona de forma directa. El mensaje global es que el propósito del trabajo es hacer el bien, tanto por medio de lo que logra nuestro trabajo directamente, como por lo que nos permite dar a otros fuera del trabajo.