Conclusiones de Daniel
El libro de Daniel presenta una imagen esperanzadora de la forma en la que el pueblo de Dios puede sobrevivir e incluso progresar en un ambiente hostil por medio de una permanencia fiel en Dios. De acuerdo con el libro de Daniel, Dios tiene un interés profundo en la vida diaria de los individuos y las sociedades en un mundo quebrantado. Dios interviene directamente en la vida cotidiana y también le da a Daniel regalos milagrosos que hacen posible que progrese bajo un régimen opresor. Sin embargo, el libro de Daniel no promete de ninguna manera el éxito en el mundo como una recompensa por la fidelidad. En cambio, promete tanto sufrimiento como recompensas en la vida mortal y por lo tanto demuestra que la fidelidad y la integridad son la clave para vivir bien en esta vida así como en el reino venidero de Dios.
Daniel y sus amigos ejemplifican muchas aplicaciones prácticas para los cristianos en el trabajo: participar en la cultura, adoptar hábitos para toda la vida que construyen fidelidad y virtud, compartir en comunión con compañeros de trabajo cristianos, adoptar un estilo de vida modesto, formar amistades con personas no creyentes, mostrar una humildad genuina, asumir una posición firme basada en principios en las situaciones del trabajo, aceptar los retos que sabemos que no podemos alcanzar sin la ayuda de Dios, traer sal y luz a nuestros lugares de trabajo, trabajar con excelencia y diligencia en cualquiera que sea nuestro trabajo, esperar el sufrimiento como un resultado de la fidelidad cristiana en el lugar de trabajo y perseverar hasta que Dios lleve Su reino —y nuestra labor fiel— a buen término. No es posible saber con anticipación si nuestra fidelidad a los caminos de Dios resultará en el éxito o el fracaso en el mundo, así como los amigos de Daniel tampoco sabían si se salvarían en el horno de fuego o si serían consumidos por las llamas. Sin embargo, así como ellos, podemos reconocer que lo que realmente importa es servir a Dios en nuestro trabajo.