Dios delimita Su trabajo (Génesis 2:1-3)
Al final de los seis días, Dios termina la creación del mundo, pero esto no significa que Dios deja de trabajar, ya que Jesús dijo, “hasta ahora mi Padre trabaja, y yo también trabajo” (Jn 5:17). Eso tampoco significa que la creación está completa ya que, como veremos, Dios deja bastante trabajo para que las personas contribuyan en la creación. Sin embargo, el caos se había convertido en un ambiente habitable, que ahora daba lugar a las plantas, los peces, las aves, los animales y los seres humanos.
Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y fue la mañana: el sexto día. Así fueron acabados los cielos y la tierra y todas sus huestes. Y en el séptimo día completó Dios la obra que había hecho, y reposó en el día séptimo de toda la obra que había hecho. (Gn 1:31–2:2; énfasis agregado)
Dios finaliza Su obra maestra de seis días de trabajo con un día de descanso. La creación del hombre fue el clímax del trabajo creador de Dios y descansar el séptimo día fue el clímax de la semana creadora de Dios. ¿Por qué descansa Dios? La majestad de la creación de Dios con Su sola palabra en el capítulo 1 deja claro que Dios no está cansado. Él no necesita descansar, pero decide delimitar Su creación en tiempo y también en espacio. El universo no es infinito; tiene un comienzo, testificado por Génesis, el cual la ciencia ha aprendido a observar a la luz de la teoría del Big Bang. Ni la Biblia ni la ciencia establecen con claridad si tiene un final en el tiempo, pero Dios delimita el tiempo dentro del mundo tal como lo conocemos. Mientras sigue corriendo el tiempo, Dios bendice seis días para el trabajo y uno para el descanso. Este es un límite que el mismo Dios guarda y más adelante también se convierte en Su mandato para las personas (Éx 20:8–11).