Dios trabaja en forma relacional (Génesis 1:26a)
Dios habla en plural incluso antes de crear al hombre, “Hagamos al hombre a Nuestra imagen” (Gn 1:26, énfasis agregado). Los académicos difieren en si “hagamos” se refiere al resto de la asamblea divina de seres angelicales o a una pluralidad en unidad exclusiva de Dios, pero cualquiera de las dos percepciones implica que Dios es relacional en Su esencia.[1] Es difícil saber con exactitud qué entendían los israelitas antiguos en cuanto al plural aquí. Para nuestro estudio, seguiremos la interpretación cristiana tradicional que se refiere a la Trinidad. En cualquier caso, sabemos por el Nuevo Testamento que en realidad Dios está en relación consigo mismo (y con Su creación) en una Trinidad de amor. En el Evangelio de Juan, vemos que el Hijo —“el Verbo [que] se hizo carne” (Juan 1:14)— está presente y activo en la creación desde el comienzo.
En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio con Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de Él, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. (Juan 1:1–4)
Así, los cristianos reconocemos nuestro Dios Trinitario, el único Ser que es uno en tres personas, Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios Espíritu Santo, todos activos personalmente en la creación.
Bruce Waltke, Genesis: A Commentary, (Grand Rapids: Zondervan, 2001), 64-5.