Adoptar una posición firme en el trabajo (Jeremías 38)
La mayor parte de lo que queda del libro describe las pruebas de Jeremías como profeta (capítulos 35–45), sus presagios en contra de las naciones (capítulos 46–51) y el relato de la caída de Jerusalén (capítulo 52). La historia de Ebed-melec es un pasaje que se destaca respecto al trabajo. La narrativa es simple: Jeremías le predicó al pueblo mientras Jerusalén era sitiado por el ejército de Babilonia. Su mensaje fue que la ciudad caería y que cualquiera que saliera y se rindiera ante los babilonios viviría, pero los oficiales de Judá no lo tomaron como una charla motivacional. Con el permiso del rey, pusieron a Jeremías en una cisterna en donde, supuestamente, debía morir de hambre durante el sitio de Babilonia o ahogado durante la próxima lluvia (Jer 38:1–6).
Entonces sucedió algo sorprendente. Un inmigrante llamado Ebed-melec que era siervo en el palacio real, escuchó que habían puesto a Jeremías en la cisterna. Mientras el rey estaba sentado a la puerta de Benjamín, Ebed-melec salió del palacio y le dijo, “Oh rey, mi señor, estos hombres han obrado mal en todo lo que han hecho al profeta Jeremías echándolo en la cisterna; morirá donde está a causa del hambre, porque no hay más pan en la ciudad. Entonces el rey ordenó al etíope Ebed-melec, diciendo: Toma bajo tu mando tres hombres de aquí, y saca al profeta Jeremías de la cisterna antes que muera” (Jer 38:7–10).
Es muy probable que el cambio de decisión del rey demostrara una simple indiferencia en la cuestión (aunque Dios puede usar tanto la indiferencia como la actividad de un rey). Es el esclavo gentil sin nombre (Ebed-melec simplemente significa “esclavo del rey”) quien se destaca como fiel.[1] Aunque su condición de inmigrante y la diferencia racial lo convertía en un trabajador vulnerable, su fidelidad a Dios lo llevó a denunciar la injusticia en su lugar de trabajo. Como resultado, se salvó una vida. Un engranaje anónimo en el torno hizo una diferencia de vida o muerte.
La acción de Ebed-melec a favor del profeta ilustró el mensaje de Jeremías de que la fidelidad a Dios sobrepasa todas las demás consideraciones en el lugar de trabajo. Ebed-melec no sabía con anticipación si el rey actuaría de forma justa o si salirse de la cadena jerárquica sería un movimiento que limitara su carrera (o un movimiento que acabara con su vida, dado lo que le pasó a Jeremías). Parece que él confió en que Dios proveería, sin importar la respuesta del rey. Así que Ebed-melec fue alabado por Dios. “‘Ciertamente te libraré… porque confiaste en Mí’ —declara el Señor” (Jer 39:18).
“Ebed-melec es un hombre de carácter inusual en un libro lleno de personajes malvados y mal comportamiento. Es irónico que el hombre que se nos dice que confió en Dios no sea israelita, sino etíope”. Tom Parker, “Ebed-Melech as Exemplar” [Ebed-melec como un ejemplo a seguir], en Uprooting and Planting: Essays on Jeremiah for Leslie Allen [El desarraigo y la siembra: ensayos sobre Jeremías para Leslie Allen], ed. John Goldingay (Nueva York: T&T Clark, 2007), 258.