Introducción: ¿Levítico tiene algo que decirnos sobre el trabajo?
Levítico es un recurso grandioso para las personas que buscan una guía acerca de su trabajo; está lleno de instrucciones directas y prácticas, incluso si el trabajo se realiza en un lugar diferente al de nosotros hoy en día. Además, Levítico es uno de los lugares principales en donde Dios se revela a Sí mismo y Sus propósitos para nuestra vida y nuestro trabajo. El libro está en el centro físico del Pentateuco, el tercero de los cinco libros de Moisés que forman la narrativa y la base teológica del Antiguo Testamento. El segundo libro, Éxodo, relata de lo que Dios sacó a Su pueblo. Levítico cuenta a lo que Dios lleva a Su pueblo[1], una vida llena de la presencia de Él mismo. En Levítico, el trabajo es uno de los escenarios más importantes en donde Dios está presente con Israel, y Él sigue presente con Su pueblo en nuestro trabajo en la actualidad.
Levítico también es crucial para las enseñanzas de Jesús y el resto del Nuevo Testamento. La gran comisión que enseñó Jesús (Mr 12:28-31) viene directamente de Levítico 19:18: “amarás a tu prójimo como a ti mismo”. El “año de jubileo” en Levítico 25 se encuentra en el centro de la misión de Jesús: “el Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para… proclamar el año favorable del Señor [de jubileo]” (Lc 4:18-19). Jesús dijo que “ni la letra más pequeña ni una tilde” de la ley se perdería (Mt 5:18) y muchas de esas letras y tildes se encuentran en Levítico. Jesús ofreció una nueva visión de la ley —que la forma de cumplir la ley no es acatar las normas, sino cooperar con los propósitos para los cuales Dios creó la ley. Debemos cumplir la ley por un “camino más excelente” (1Co 12:31) que sobrepasa, no ignora la letra de la ley. Si deseamos cumplir el Espíritu de la ley, como lo hizo Jesús, entonces debemos comenzar por aprender lo que la ley dice en realidad. Gran parte de esta se encuentra en Levítico y una cantidad considerable se aplica al trabajo.
Ya que Levítico es fundamental en las enseñanzas de Jesús sobre el trabajo, como seguidores de Jesús estamos en lo correcto cuando vamos a este libro para encontrar guía sobre la voluntad de Dios en nuestro trabajo. Por supuesto, debemos tener en cuenta que los códigos en Levítico se deben entender y aplicar a las diferentes situaciones económicas y sociales en la actualidad. La sociedad actual no es similar a la del antiguo pueblo de Israel, ni en términos de estructura social ni en nuestra relación de pacto. Por ejemplo, muchos trabajadores hoy día tienen poca necesidad de saber qué hacer con un buey o una oveja que ha sido descuartizada por animales salvajes (Lv 7:24). El sacerdocio levítico, a quienes se dirige gran parte del libro —sacerdotes que realizaban los sacrificios de animales al Dios de Israel— ya no existe. Además, en Cristo entendemos que la ley es un instrumento de la gracia de Dios de una forma diferente a como lo era en el antiguo pueblo de Israel. Así que no podemos simplemente citar Levítico como si nada hubiera cambiado en el mundo. No podemos leer un versículo y declarar “así dice el Señor”, como un juicio en contra de las personas que no están de acuerdo con nosotros. En vez de eso, tenemos que entender el significado, los propósitos y la intención de Dios revelados en Levítico, y después pedirle sabiduría para aplicar este libro en la actualidad. Solo de esta manera nuestras vidas reflejarán Su santidad, honrarán Sus intenciones y establecerán la normatividad de Su reino celestial en la tierra.
El libro de Levítico habla nueve veces de que el Señor sacó a Israel de Egipto, y con frecuencia usa esta idea como una motivación para la obediencia futura de Israel (11:45; 19:36; 22:33, 23:43; 25:38, 42, 55; 26:13, 45).