Comportamiento honesto (Levítico 19:11-12)
Los mandatos de Levítico contra el robo, el engaño en los acuerdos, la mentira y la profanación del nombre de Dios al hacer falsos juramentos están relacionados con los diez mandamientos de Éxodo 20 . (para más información sobre la honestidad, ver mientos de Éxodo 20 (para más información sobre la honestidad, ver “Truth-telling in the Bible” [Referencias en la Biblia sobre decir la verdad] y “There May Be Exceptions to Truth-telling in the Workplace” [Puede que haya excepciones al decir la verdad en el trabajo], en el artículo Truth & Deception [Verdad y engaño] en www.theologyofwork.org.) Sin embargo, algo único en Levítico es la frase en hebreo que sigue, “ni os mentiréis unos a otros” (Lv 19:11; énfasis agregado). Literalmente, dice que “una persona no le mentirá a su amit”, que significa “compañero”, “amigo” o “prójimo”. Esto seguramente incluye a los demás miembros de la comunidad de Israel; pero con base en Levítico 24:19 en el contexto de Levítico 24:17-22, también parece que incluye al extranjero residente. La ética y moralidad de Israel debían ser mejores que las de las naciones a su alrededor, incluso al punto de tratar a los inmigrantes de la misma manera en la que trataban a los nacionales.
De cualquier forma, el punto aquí es el aspecto relacional de decir la verdad contra mentir. Una mentira no es solo la inexactitud de un dato, sino también una traición a un compañero, amigo o al prójimo. Lo que nos decimos unos a otros realmente debe brotar de la santidad de Dios en nosotros, no solamente de un análisis técnico para evadir las mentiras descaradas. Cuando el presidente de los Estados Unidos Bill Clinton dijo, “yo no tuve relaciones sexuales con esa mujer”, tal vez tenía una lógica tortuosa en su mente bajo la cual la afirmación no era técnicamente una mentira, pero los ciudadanos sintieron con razón que había roto la confianza, y él lo reconoció luego y aceptó esta apreciación. Él incumplió el deber de no mentirle a otros.
En muchos trabajos, existe la necesidad de promover ya sean los aspectos negativos o positivos de un producto, servicio, persona, organización o situación. Los cristianos no deben abstenerse de expresar con firmeza sus ideas, pero no deben comunicarse expresándole a otros algo falso. Si las palabras técnicamente ciertas crean una falsa impresión en la mente de otro, entonces no se cumple el deber de decir la verdad. En la práctica, cada vez que una discusión sobre honestidad se convierta en un debate técnico sobre cómo se dijo algo, es sabio preguntarnos si la discusión en realidad es acerca de mentirle a otro.