Hacer justicia (Levítico 19:15-16)
“No harás injusticia en el juicio; no favorecerás al pobre ni complacerás al rico, sino que con justicia juzgarás a tu prójimo. No andarás de calumniador entre tu pueblo; no harás nada contra la vida de tu prójimo; Yo soy el Señor” (Lv 19:15-16).
Esta corta sección respalda el reconocido valor bíblico de la justicia y luego lo amplía considerablemente. El primer versículo comienza con una aplicación para los jueces, pero termina con una aplicación para todos. Se debe ser imparcial al juzgar los casos judiciales y no se debe juzgar al prójimo de manera injusta. La redacción en el hebreo resalta la tentación de juzgar la apariencia externa de una persona o de una situación. Levítico 19:15 expresa de forma específica, “No harás injusticia en el juicio; no favorecerás al pobre ni complacerás al rico, sino que con justicia juzgarás a tu prójimo”. Los jueces deben ver más allá de sus preconcepciones (del “rostro” que perciben) para entender el problema de la imparcialidad. Esto también se aplica en nuestras relaciones sociales en el trabajo, la escuela y la vida civil. En todos los contextos, hay personas que son privilegiadas y otras oprimidas debido a prejuicios sociales de diferentes tipos. Imagine la diferencia que haríamos los cristianos si no nos apresuráramos a juzgar hasta conocer a las personas y las situaciones a profundidad. ¿Y si nos tomáramos el tiempo de conocer a la persona irritante que hace parte de nuestro equipo antes de quejarnos de ella a sus espaldas? ¿Y si nos atreviéramos a compartir con personas fuera de nuestra zona de confort en la escuela, universidad o vida civil? ¿Y si buscáramos periódicos, programas de televisión y medios de comunicación que ofrezcan una perspectiva diferente de la que estamos acostumbrados? ¿Ir más allá de lo superficial nos puede dar más sabiduría para hacer nuestro trabajo bien y con justicia?
La segunda parte de Levítico 19:16 nos recuerda que los sesgos sociales no son una cuestión menor. En el hebreo dice literalmente, “no te quedes junto a la sangre de tu prójimo”. En el lenguaje judicial del versículo, una declaración sesgada (“calumnia”) pone en peligro la vida (“sangre”) del acusado. En ese caso, no solo está mal hablar palabras sesgadas, sino también incluso la pasividad al no ofrecerse como voluntario para testificar a favor del que ha sido acusado falsamente.
Con frecuencia, los líderes en el trabajo deben asumir el rol de mediador. Cuando los trabajadores sean testigos de una injusticia en el trabajo se pueden cuestionar legítimamente si es apropiado involucrarse. Levítico afirma que defender activamente a los que son maltratados es un aspecto esencial de quienes pertenecen al pueblo santo de Dios.
En una escala más amplia, Levítico trae su visión teológica de la santidad para toda la comunidad. La salud de nuestra comunidad y economía está en juego. Hans Küng señala la necesidad de la correlación entre los negocios, la política y la religión:
Es preciso recordar que las acciones y el pensamiento económico no son neutrales… Así como la responsabilidad social y ecológica de los negocios no se les puede atribuir a los políticos, la responsabilidad ética y moral tampoco se puede dejar solamente en manos de la religión… No, la acción ética no solo debería ser un agregado secreto de los planes de mercadeo, estrategias de venta, contabilidad ecológica y balances generales sociales, sino que debería formar el marco natural de la acción social humana.[1]
Todos los lugares de trabajo existentes —el hogar, la empresa, el gobierno, los ámbitos académicos, la medicina, la agricultura y los demás— desempeñan roles particulares, pero el llamado a la santidad aplica para todos. En Levítico 19:15-16, la santidad comienza con ver a otros de una forma profunda, más allá de lo superficial.
Hans Küng, Global Responsibility: In Search of a New World Ethic [Responsabilidad global: en busca de una nueva ética mundial] (Nueva York: Continuum, 1993), 32-33, citado en Roy Gane, The NIV Application Commentary: Leviticus, Numbers [El comentario de aplicación de la NVI: Levítico, Números] (Grand Rapids: Zondervan, 2004), 352.