Dios trabaja por medio de la osadía humana (Rut 3:1-18)
Una vez más, la necesidad llevó a Noemí a ir más allá de los límites de lo convencional al incitar el cortejo entre Booz y Rut. Ella envió a Rut a la era de Booz durante la noche a descubrir sus pies y acostarse (Rut 3:4). A pesar del significado de “pies” en Rut 3:4, 7, 8, 14 —que podría ser un eufemismo sexual[1] —, la estrategia que Noemí ideó era sospechosa desde la perspectiva de la costumbre y la moralidad, y era muy peligrosa. La preparación de Rut y la elección del lugar para el encuentro parecían indicar las acciones de una prostituta. Bajo circunstancias normales, si un hombre que se respete y sea noble moralmente como Booz, y que esté durmiendo en el campo de trillar despertara a medianoche y descubriera una mujer a su lado, seguramente la echaría fuera, asegurando que no tenía nada que hacer con mujeres como ella. La petición de Rut de que Booz se casara con ella era similarmente osada desde la perspectiva de la costumbre: una extranjera insinuándose a un israelita; una mujer insinuándose a un hombre; una joven insinuándose a una persona mayor; una trabajadora desprovista de tierras insinuándose a un propietario adinerado. No obstante, en vez de ofenderse frente a la audacia de Rut, Booz la bendijo, la alabó por su compromiso con el bienestar de su familia, la llamó “hija mía”, la tranquilizó diciéndole que no temiera, le prometió hacer lo que ella le pidiera y la declaró una mujer honorable (Rut 3:10-13). Esta reacción extraordinaria se le atribuye a la inspiración de Dios que llenaba su corazón.
Daniel I. Block, Judges, Ruth [Jueces, Rut], (NAC; Nashville: Broadman & Holman, 2002), 683–88.