La obediencia a Dios (Salmo 2)
El Salmo 2 se centra en la casa de David. El Señor ha elegido este reino y su templo, Sion, para ser el foco de atención del reino de Dios. Algún día, los gentiles se someterán a él o enfrentarán la ira de Dios. Por tanto, Salmos 2:11-12 dice, “Adorad al Señor con reverencia, y alegraos con temblor. Honrad al Hijo para que no se enoje y perezcáis en el camino, pues puede inflamarse de repente Su ira. ¡Cuán bienaventurados son todos los que en Él se refugian!” Jesús le cumplió estas promesas a David. La lección para nosotros es que debemos valorar el reino de Cristo por encima de todas las cosas. Una buena ética laboral es valiosa, pero no podemos hacer que nuestra prioridad sea la prosperidad. No podemos servir a Dios y al dinero (Mt 6:24).