Las consecuencias económicas de los actos indebidos a nivel nacional (Salmos 81, 85)
A pesar del enfoque del Salmo 73 en el juicio personal, en la mayor parte del Libro 3 es la nación de Israel la que recibe el juicio. El tema del juicio nacional de por sí es relevante en este artículo en la medida que establece el contexto para las personas que realizan su trabajo en dicha nación. También indica una clase importante de trabajo en el que los cristianos se pueden involucrar representando el reino de Dios, el cual es la creación de políticas nacionales. Podemos comprobar que cuando un gobierno nacional se corrompe, la economía del país sufre. El Salmo 81 es un ejemplo de esto, ya que comienza con el juicio de Dios contra la nación de Israel. “Pero Mi pueblo no escuchó Mi voz; Israel no me obedeció. Por eso los entregué a la dureza de su corazón” (Sal 81:11-12). Entonces continúa describiendo las consecuencias económicas. “Oh, si Mi pueblo me oyera… Yo te alimentaría con lo mejor del trigo, y con miel de la peña te saciaría” (Sal 81:13, 16). Aquí vemos cómo las transgresiones del pacto de Dios a nivel nacional provocan escasez y dificultad económica. Si el pueblo hubiera sido fiel a los caminos de Dios, habría prosperado. En cambio, abandonaron los caminos del Señor y terminaron hambrientos (Sal 81:10).
Del mismo modo, el Salmo 85 describe los crecientes beneficios económicos que hay cuando Israel es fiel a los mandatos de Dios. El pueblo experimenta paz y seguridad, el trabajo es productivo y la prosperidad aumenta (Sal 85:10-13). Sin un buen gobierno, nadie puede esperar una prosperidad que perdure. En muchos lugares, los cristianos son visibles en la oposición a ciertas políticas de gobierno con las que estamos en desacuerdo, sin embargo, también es necesario involucrarnos de forma constructiva. ¿Qué puede hacer usted para ayudar a establecer o preservar el buen gobierno en su ciudad, región o nación?