Evaluación del reinado de David (1 Reyes)
¿Cómo debemos evaluar a David y su reinado? Es importante mencionar que aunque Salomón ganó más riquezas, tierras y prestigio que su padre, los libros de Reyes y Crónicas aclaman a David como el rey más grandioso de Israel, el modelo frente al cual se debían medir todos los demás reyes.
Puede que la respuesta de Dios a los aspectos positivos y negativos que vemos en la vida y las acciones de David, nos traiga esperanza. Nos impresiona su devoción decisiva incluso mientras palidecemos al ver su manipulación política, lujuria y violencia. Cuando vemos una ambivalencia similar en nuestros propios corazones y acciones, encontramos consuelo y esperanza en el Dios que perdona todos nuestros pecados. La presencia del Señor con David nos da la esperanza de que incluso en nuestra infidelidad, Dios sigue estando con nosotros como el Lebrel implacable del Cielo.
Igual que Saúl, David combinó la grandeza y la fidelidad con el pecado y el error. Entonces, nos podemos preguntar por qué Dios preservó el reino de David pero no el de Saúl. En parte, puede ser porque el corazón de David permaneció fiel a Dios (1R 11:4; 15:3), a pesar de lo errático de sus obras. Esto nunca se dice de Saúl. O puede ser simplemente porque la mejor forma de que Dios llevara a cabo Sus propósitos para Su pueblo era poner a David en el trono y mantenerlo allí. Cuando Dios nos llama a realizar una tarea o a estar en cierta posición, no significa que está pensando en nosotros necesariamente. Puede que nos escoja por el efecto que tendremos en otras personas. Por ejemplo, Dios le dio a Ciro de Persia la victoria sobre Babilonia, no para recompensar o beneficiar a Ciro sino para liberar a Israel de la cautividad (2Cr 36:22-23).