El liderazgo como servicio (1 Corintios 4:1-4)
En este pasaje, Pablo presenta una declaración definitiva de lo que significa ser líder: “Que todo hombre nos considere de esta manera: como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios” (1Co 4:1). “Nos” se refiere a los líderes apostólicos por medio de los cuales los corintios llegaron a la fe y a quienes declararon lealtad los distintos grupos divididos en la iglesia (1Co 4:6). Pablo usa dos palabras en este versículo al explicar lo que quiere decir. La primera es hypēretēs (“siervos”), que denota un ayudante, un siervo que atiende o ayuda a alguien. En este sentido, los líderes atienden personalmente las necesidades de las personas que lideran. Los líderes no son exaltados sino humillados por aceptar el liderazgo. El trabajo requiere paciencia, participación personal y atención individual a las necesidades de los seguidores. La segunda es oikonomos (“mayordomos”), que describe a un siervo o un esclavo que maneja los asuntos de una casa o un estado. La distinción principal de esta posición es la confianza. Al mayordomo se le confía el manejo de los asuntos de la casa para el beneficio del dueño. De igual forma, al líder se le confía el manejo del grupo para el beneficio de todos sus miembros y no para el beneficio personal del líder. Esta cualidad se le atribuye explícitamente a Timoteo (2Co 4:17), Tíquico (Ef 6:21; Col 4:7), Pablo (1Ti 1:12), Antipas (Ap 2:13) y por encima de todo, Cristo (2Ti 2:13; Heb 2:17). Esta es la clase de personas en la que Dios confía para que lleven a cabo Su plan para Su reino.
Por lo general, los lugares de trabajo modernos establecen sistemas para recompensar a los líderes que involucran sus equipos para alcanzar los objetivos de la organización. Probablemente, esta es una práctica sabia, a menos que lleve a los líderes a alcanzar tales recompensas a costa de las personas que lideran. Los líderes en realidad son los responsables de que se realice —e incluso, se sobrepase— el trabajo que se le asigna a su equipo. Sin embargo, no es legítimo sacrificar las necesidades del grupo con el fin de obtener recompensas personales para el líder. En cambio, los líderes son llamados a alcanzar las metas del grupo supliendo las necesidades del grupo.