Conclusión de Apocalipsis
¿Qué significado tiene todo esto en la vida diaria en el trabajo? Apocalipsis no provee instrucciones detalladas de las mejores prácticas laborales, pero sí nos da algunas pautas importantes, especialmente relacionadas con temas de la visión global. No es suficiente bajar la cabeza, hacer nuestro trabajo y dedicarnos a nuestras cosas. Tenemos que tener cierto sentido de hacia dónde van las cosas y por qué hacemos lo que estamos haciendo.
Entre más autoridad tenga una persona, tiene más responsabilidad de procurar que la organización se oriente hacia fines que glorifiquen a Dios en una forma que exprese amor por el prójimo. A diferencia de la naturaleza explotadora de Babilonia, los negocios cristianos deben buscar el beneficio mutuo: un intercambio justo de bienes y servicios, el trato justo de trabajadores y una visión hacia el bien a largo plazo de las personas y las sociedades que son socias en la empresa.
Aunque la mayoría de lugares de trabajo actuales no están afiliados con dioses paganos formal o informalmente (como lo eran comúnmente en el mundo antiguo), hay formas más sutiles de idolatría que pueden entrar sigilosa e inesperadamente. Un equivalente contemporáneo de la Babilonia bíblica sería una compañía que ve sus propias ganancias y continuidad como las metas supremas de su existencia (y tal vez teniendo al Director General en el trono cósmico). Siempre debemos recordar que todo en la vida está al descubierto para Dios y está sujeto a Su aprobación o desaprobación. La aniquilación de Babilonia sirve como un recordatorio funesto de que Dios no puede ser burlado y que esto va tanto para nuestros tratos laborales como para nuestros intereses religiosos.
A final de cuentas, estas lealtades se revelan a sí mismas en las obras. Los que se comprometen con los caminos de Jesús deben luchar por tener una ética irreprochable. Los santos reconocen su necesidad constante del perdón disponible por medio de la sangre de Jesús y son llamados a imitar Su testimonio profético en la vida cotidiana.
Sin embargo, es oportuno concluir con la visión positiva de la Nueva Jerusalén. Aunque necesariamente existe una ruptura entre el mundo actual y el mundo nuevo, también existe un sentido fuerte de continuidad entre los dos. Después de todo, la Nueva Jerusalén sigue siendo la Nueva Jerusalén, que comparte cosas en común con la ciudad terrenal. De hecho, puede verse en cierto nivel como la consumación de todo lo que quiso ser la Jerusalén terrenal. De igual forma, al final nuestro futuro es un regalo de Dios y en los misterios de Su bondad creativa, nuestras obras van con nosotros (Ap 14:13) —ciertamente nuestras obras de bondad y nuestra adoración a Dios, así como las obras de nuestras manos.