Introducción a Apocalipsis
El libro de Apocalipsis proporciona una de las perspectivas más profundas en la Escritura en cuanto a la visión global del trabajo. Sin embargo, es un hueso duro de roer, no solo por su dificultad intrínseca sino por las múltiples interpretaciones que han surgido alrededor de libro. Aquí no resolveremos esas cuestiones, pero podemos (tal vez) encontrar suficiente terreno común como para obtener diferentes ideas de este libro.
Tal vez la diferencia más grande en la interpretación se encuentra entre los que consideran que el libro habla principalmente del futuro, abordando el fin absoluto de la historia desde el capítulo 6 en adelante, y los que ven la mayor parte del libro como un relato relacionado con eventos que ocurrieron en la época en la que Juan lo escribió (que comúnmente se considera que fue a finales del siglo I d. C.). La buena noticia es que los intérpretes responsables que están de acuerdo con la perspectiva “futurista” reconocen que los eventos del futuro se inspiran en la obra de Dios en el pasado, en especial en la creación y el éxodo desde Egipto. De igual forma, incluso los que interpretan el libro desde el punto de vista del siglo primero reconocen que este sí habla del futuro (por ejemplo, la Nueva Jerusalén). Por esta razón, nadie debería oponerse a encontrar verdades espirituales imperecederas en las imágenes del libro, ni a ver una orientación futura significativa en las promesas que contiene.