La preocupación de Pablo por los demás
Por encima de todo, el liderazgo de Pablo se caracteriza por su preocupación por otros. Él acepta la carga del liderazgo no para mejorar su vida, sino para hacer que la vida de otros sea mejor. Una prueba suficiente de esto es su disposición para viajar a lugares hostiles a predicar acerca de una mejor forma de vida. Sin embargo, también vemos su preocupación por otros en formas concretas y personales. Él sana a un joven que queda gravemente herido luego de caer desde una ventana de un piso alto (Hch 20:9–12). Él prepara las iglesias que ha plantado para que continúen después de su muerte y las anima cuando se sienten agobiadas y deciden “llorar desconsoladamente” (Hch 20:37). Él intenta predicarles las buenas nuevas incluso a aquellos que están tratando de asesinarlo (Hch 22:1–21) y sana a todos los enfermos en la isla de Malta (Hch 28:8–10).
Un ejemplo asombroso de su preocupación por otros ocurre durante el naufragio. Aunque ignoraron su advertencia de no hacer el viaje, Pablo da una mano para ayudar y anima a la tripulación y los pasajeros cuando ocurre la tormenta.
Cuando habían pasado muchos días sin comer, Pablo se puso en pie en medio de ellos y dijo: Amigos, debierais haberme hecho caso y no haber zarpado de Creta, evitando así este perjuicio y pérdida. Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo, porque no habrá pérdida de vida entre vosotros, sino sólo del barco. Porque esta noche estuvo en mi presencia un ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, diciendo: “No temas, Pablo; has de comparecer ante el César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo.” Por tanto, tened buen ánimo amigos, porque yo confío en Dios, que acontecerá exactamente como se me dijo”. (Hch 27:21–25)
Su preocupación no termina con palabras de ánimo, sino que procede con hechos prácticos. Él se asegura de que todos coman para mantener su fuerza (Hch 27:34–36) e idea un plan que salvará la vida de todos, incluyendo aquellos que no saben nadar (Hch 27:26, 38, 41, 44). Además, dirige los preparativos para encallar el barco (Hch 27:43b) y evita que los marineros abandonen a los soldados y los pasajeros (Hch 27:30–32). Como resultado de su preocupación y sus acciones, no se pierde ninguna vida en el naufragio (Hch 27:44).
El liderazgo de Pablo abarca mucho más que los cuatro aspectos de valentía, sufrimiento, respeto y preocupación por otros, y es visible en muchos otros relatos además de Hechos 20–28. Sin embargo, la manera en que dichos factores se presentan en estos capítulos constituye una de las demostraciones más conmovedoras de liderazgo en la Biblia y sigue siendo un gran ejemplo en la actualidad, así como lo fue en la época de Lucas.