Introducción a Hechos
Los Hechos de los Apóstoles muestran a la iglesia primitiva trabajando duro para crecer y servir a otros mientras enfrentan la oposición, la escasez de personas y dinero, la burocracia del gobierno (la burocracia de la iglesia vino después), los conflictos internos e incluso las fuerzas de la naturaleza. Su trabajo muestra similitudes con lo que los cristianos enfrentan en los lugares de trabajo no eclesiales en la actualidad. Un grupo pequeño de personas pone todo su corazón en el trabajo que trae el amor de Cristo a las personas en todas las áreas de la vida, y encuentran el asombroso poder del Espíritu Santo trabajando en ellos mientras lo hacen. Si esto no es lo que experimentamos en nuestro trabajo diario, tal vez Dios quiere guiar, dotar y empoderar nuestro trabajo tanto como lo hizo con el trabajo de ellos.
El trabajo toma el escenario principal, como se podía esperar en un libro que trata sobre los “hechos” de los líderes de la iglesia primitiva. La narrativa se agita con las personas que caminan, hablan, sanan, dan generosamente, toman decisiones, dirigen, sirven alimentos, manejan dinero, pelean, fabrican prendas de vestir y tiendas y otros bienes, bautizan (o lavan), debaten, argumentan, hacen juicios, leen y escriben, cantan, se defienden a sí mismos en la corte, recogen madera, hacen fogatas, escapan de multitudes hostiles, abrazan y besan, hacen asambleas, se disculpan, se hacen a la mar, abandonan el barco, nadan, rescatan personas y en todo el tiempo, alaban a Dios. Los hombres y mujeres en el libro de Hechos están listos para hacer lo que sea necesario para alcanzar su misión. Ningún trabajo es demasiado insignificante para el más grande entre ellos y ningún trabajo es demasiado abrumador para el menor.
Sin embargo, la profundidad del libro de los Hechos proviene no tanto de lo que hacían las personas de la iglesia primitiva, sino el por qué y cómo participan en esta asombrosa abundancia de actividad. El porqué es el servicio. Servir a Dios, servir a los colegas, servir a la sociedad, servir a los extraños —el servicio es la motivación detrás del trabajo que los cristianos hacen a lo largo del libro. Esto no debería sorprendernos, ya que en efecto Hechos es el segundo volumen de la historia que comenzó en el Evangelio de Lucas, en donde el servicio también es la motivación de Jesús y Sus seguidores. (Ver “Lucas y el trabajo” para encontrar información contextual fundamental acerca de Lucas y su audiencia).
Si el porqué es el servicio, entonces el cómo es retar con constancia las estructuras de la sociedad romana, la cual no estaba basada en el servicio sino en la explotación. Lucas contrasta de forma continua los caminos del reino de Dios con los caminos de Imperio romano. Le presta atención a las muchas interacciones entre Jesús y Sus seguidores y los funcionarios del imperio. Está bien consciente de los sistemas de poder —y de los factores socioeconómicos que los sustentan— que operan en el Imperio romano. Desde el emperador hasta los nobles, los funcionarios, los dueños de tierras, los hombres libres, los siervos y los esclavos, todas las capas de la sociedad existían por el poder que ejercían sobre la capa de más abajo. El método de Dios, como se ve en el Evangelio de Lucas y el libro de Hechos, es todo lo opuesto. La sociedad de Dios existe para el servicio y especialmente para el servicio de los que se encuentran en posiciones más débiles, más pobres o más vulnerables.
Entonces, en última instancia, Hechos no es un modelo de los tipos de actividades en los que deberíamos involucrarnos como seguidores de Cristo, sino un modelo del compromiso con el servicio que debería ser la base de nuestras actividades. Nuestras actividades son diferentes a las de los apóstoles, pero nuestro compromiso con el servicio es el mismo.