“Danos hoy el pan nuestro de cada día” (Mateo 6:11)
Justo antes de esta petición del pan diario en el Padre Nuestro, leemos, “Venga Tu reino. Hágase Tu voluntad, así en la tierra como en el cielo” (Mt 6:10). En el reino de Dios tenemos la certeza del pan de cada día, pero en nuestro mundo contaminado por el pecado el sustento diario es incierto. Aunque Dios le ha dado a la humanidad todo lo que necesita para producir suficiente alimento para todos en la tierra, no hemos acabado con la hambruna. Por tanto, la primera palabra de Jesús acerca de la riqueza o la provisión diaria es esta petición: “Danos hoy el pan nuestro de cada día”. Acudimos a Dios para pedirle el pan que necesitamos.
Pero tenga en cuenta que la petición se plantea en plural: danos hoy el pan nuestro de cada día. No oramos solo por nuestro propio pan, sino por el de los que no tienen. Al estar deseosos de mantener relaciones correctas con otros, tenemos en consideración su necesidad del pan: compartimos lo que tenemos con los que lo necesitan. Si todas las personas, los negocios, las instituciones y los gobiernos trabajaran de acuerdo con los propósitos y principios del reino de Dios, nadie padecería hambre.