Las parábolas del reino (Mateo 13)
Desde el capítulo 13, al enfrentar la oposición, el estilo de enseñanza de Jesús cambia. En vez de proclamar el reino claramente, comienza a hablar por medio de parábolas que son significativas para los creyentes pero incomprensibles para los no creyentes. La mayoría de estas breves historias tratan acerca de trabajadores: un sembrador que planta un campo (Mt 13:3–9), una mujer amasando levadura en el pan (Mt 13:33), un cazador de tesoros (Mt 13:44), un mercader de perlas (Mt 13:45–46), algunos pescadores (Mt 13:47–50) y un dueño de casa (Mt 13:52). En su mayoría, estas historias no se tratan del trabajo que describen. Jesús no nos dice cuál es la forma correcta de plantar un campo, cómo hornear el pan o cómo invertir en mercancías. En cambio, Jesús usa los objetos materiales y el trabajo del ser humano como elementos de historias que nos dan a conocer el reino de Dios. Nuestro trabajo tiene la capacidad de ser significativo, incluso de ilustrar realidades eternas. Esto nos recuerda que nosotros y el mundo a nuestro alrededor fluyen de la creación de Dios y que seguimos siendo partes del reino de Dios.