Andar en novedad de vida (Romanos 6)
Aunque la gracia de Dios ha venido al mundo para traer reconciliación y justicia, todavía existen poderes espirituales malvados en el trabajo que se oponen al poder de la gracia de Dios que da vida (Ro 6:14). Con frecuencia, Pablo personifica estas fuerzas espirituales malvadas llamándolas “pecado” (Ro 6:2), “carne” (Ro 7:5), “muerte” (Ro 6:9) o “este mundo” (Ro 12:2). Los seres humanos deben escoger si, por medio de sus acciones en la vida diaria, se van a asociar con Dios por medio de Cristo o con estas fuerzas del mal. Pablo denomina la decisión de asociarse con Dios como andar “en novedad de vida” (Ro 6:4). Él compara caminar en novedad de vida con la nueva vida de Cristo después de ser levantado de los muertos. “Como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida” (Ro 6:4). En nuestra vida aquí y ahora, podemos comenzar a vivir —o “caminar”— en reconciliación y justicia así como Cristo vive ahora.
Caminar en novedad de vida requiere que abandonemos el juicio hacia otros y que actuemos según la justicia de Dios en vez de seguir en nuestros hábitos egoístas (Ro 6:12–13). Como instrumentos de la justicia de Dios, los creyentes actuamos de formas por medio de las cuales el poder de la gracia de Dios, que da vida, edifica a las personas y las comunidades en Cristo. Esto es mucho más activo que simplemente abstenerse del mal comportamiento. Nuestro llamado es a convertirnos en instrumentos de justicia y reconciliación, trabajando para erradicar los efectos del pecado en un mundo turbado.
Por ejemplo, los trabajadores pueden haber caído en el hábito de juzgar a los gerentes diciendo que son malvados o injustos, y viceversa. Esto se puede convertir en un pretexto conveniente para que los trabajadores engañen a la compañía, usen el tiempo pago para actividades personales o dejen de hacer un trabajo excelente. Por el otro lado, esta puede ser una excusa conveniente para que los gerentes discriminen a los trabajadores que no les agradan personalmente, para evadir las regulaciones de seguridad o justicia en el lugar de trabajo, o para ocultarles información a los trabajadores. El simple hecho de seguir las regulaciones o evitar el engaño no sería caminar en novedad de vida. En cambio, caminar en novedad de vida nos demanda primero que todo abandonar nuestros juicios sobre la otra parte. Cuando dejemos de pensar que no merecen nuestro respeto, entonces podremos comenzar a discernir formas específicas de restaurar las buenas relaciones, restablecer el trato justo e imparcial unos con otros y edificarnos unos a otros y a nuestras organizaciones.
Hacer esta clase de cambio en nuestra vida y trabajo es realmente difícil. Pablo dice que el pecado busca continuamente reinar “en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias” (Ro 6:12, RVR1960). Sin importar que tengamos buenas intenciones, pronto caemos de nuevo en nuestros malos caminos. Solo la gracia de Dios, que se hace real en la muerte de Cristo, tiene el poder de hacernos libres de nuestros hábitos de juicio (Ro 6:6).
Por lo tanto, la gracia de Dios no nos “libera” para deambular sin rumbo de regreso a nuestros antiguos males, sino que nos ofrece una nueva vida en Cristo en la que nos sentiremos incómodos cada vez que comencemos a desviarnos del camino. Pablo admite que al comienzo, caminar en novedad de vida se parecerá a la esclavitud. La decisión que podemos tomar entonces es qué clase de esclavitud aceptamos —la esclavitud a la novedad de vida o a nuestros antiguos pecados. “Sois esclavos de aquel a quien obedecéis, ya sea del pecado para muerte, o de la obediencia para justicia” (Ro 6:16). “Pero ahora, habiendo sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación [novedad de vida], y como resultado la vida eterna” (Ro 6:22). La ventaja de andar en novedad de vida no es que se sienta más libertad que en la esclavitud al pecado, sino que resulta en justicia y vida, en vez de vergüenza y muerte.
Andar en novedad de vida en el lugar de trabajo (Romanos 6)
Regresar al Índice Regresar al Índice¿Qué significa ser “esclavos” de la gracia de Dios en nuestro lugar de trabajo? Significa que no tomamos decisiones allí con base en cómo las cosas nos afectan, sino en cómo afectan a nuestro amo, Dios. Tomamos decisiones como mayordomos o representantes de Dios. De hecho, este es un concepto reconocido tanto en la fe cristiana como en el lugar de trabajo secular. En la fe cristiana, Cristo mismo es el mayordomo modelo, quien entregó Su propia vida para cumplir los propósitos de Dios. De igual forma, muchas personas tienen el deber de trabajar por los intereses de otros, en vez de los suyos propios. Entre ellos están los abogados, los funcionarios corporativos, los representantes, todos los miembros de los consejos administrativos, los jueces y muchos otros. No muchos mayordomos o representantes en los lugares de trabajo son tan comprometidos como lo fue Jesús —dispuestos a dar su vida para cumplir sus deberes—, pero el concepto de representación es una realidad cotidiana en el lugar de trabajo.
La diferencia para los cristianos es que, a fin de cuentas, nuestro deber es con Dios, no con el estado, los accionistas, ni nadie más. Nuestra misión principal debe ser la justicia y reconciliación de Dios, no solamente obedecer la ley, obtener ganancias o satisfacer las expectativas de los seres humanos. A diferencia de la afirmación de Albert Carr de que los negocios son solo un juego en el que no aplican las reglas éticas comunes,[1] andar en novedad de vida significa integrar la justicia y la reconciliación en nuestra vida laboral.
Por ejemplo, puede que caminar en novedad de vida en el caso de un profesor de secundaria signifique perdonar repetidamente a un estudiante rebelde y problemático, al tiempo que busca formas nuevas de relacionarse con ese estudiante en el salón de clases. Para un político, caminar en novedad de vida puede que implique redactar una legislación nueva que incluya las ideas de diferentes perspectivas ideológicas. Para un gerente, puede que signifique pedirle perdón a un empleado frente a todos los que se enteraron de la falta que cometió contra él.
Caminar en novedad de vida requiere que observemos profundamente nuestros patrones de trabajo. Los panaderos o chefs pueden ver con facilidad cómo su trabajo ayuda a alimentar a las personas que tienen hambre, lo que en sí mismo es una forma de justicia. Puede que los mismos panaderos y chefs también deban observar más profundamente sus interacciones personales en la cocina. ¿Tratan a las personas con dignidad, ayudan a que otros tengan éxito, le dan la gloria a Dios? Caminar en novedad de vida afecta tanto los fines que tratamos de alcanzar como los medios que usamos para hacerlo.
Albert Z. Carr, “Is Business Bluffing Ethical?” [¿Es ético fanfarronear en los negocios?] Harvard Business Review [Revista de negocios de Harvard] 46 (Enero/Febrero 1968).