Introducción a Romanos
La carta de Pablo a los Romanos es conocida principalmente por su visión de las acciones bondadosas de Dios para la humanidad a través de la cruz y la resurrección de Cristo. “Es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree” (Ro 1:16). Hay algo que está muy mal en nosotros individualmente y en el mundo como un todo, de lo cual necesitamos salvación, y Romanos nos habla de la forma en la que Dios nos salva de ello.
Romanos es profundamente teológico, pero no es abstracto. La salvación de Dios no es un concepto para el discurso analítico en Romanos, sino un llamado a la acción (Ro 6:22). Pablo habla de cómo la salvación de Dios afecta nuestra sabiduría, honestidad, relaciones, juicio, nuestra capacidad para soportar los contratiempos, nuestro carácter y razonamiento ético, los cuales son esenciales para nuestro trabajo. Aquí, en la esencia de las relaciones humanas y el deseo de hacer un buen trabajo, es donde la salvación de Dios se arraiga en nuestro mundo.
Escrita durante el reinado del emperador romano Nerón (54–68 a. C.), la carta a los romanos da a entender la oscuridad y el peligro que rodeaba las iglesias en casas en Roma, lo que incluye a los convertidos a Cristo tanto judíos como gentiles. Algunos de los miembros judíos de las congregaciones habían sido exiliados por un edicto del emperador Claudio en el año 49 y habían regresado recientemente, tal vez habiendo perdido su propiedad y estabilidad financiera en el proceso (Hch 18:2). Seguramente el sentimiento antijudío en la cultura romana extendida ejerció presión sobre las iglesias cristianas. La amplia reflexión de Pablo acerca de la fidelidad de Dios tanto para los judíos como los gentiles en esta carta no era un resumen que reflexionaba en los caminos de Dios, sino una reflexión teológica habilidosa acerca de estos eventos históricos y sus consecuencias. El resultado es un conjunto de herramientas prácticas para tomar decisiones morales que llevan a una nueva calidad de vida en donde las personas viven y trabajan.
La carta a los romanos ha sido excepcionalmente importante en el desarrollo de la teología cristiana. Para dar solo dos ejemplos, Martín Lutero se separó de los ideales del Papa León X en gran parte debido a su desacuerdo con lo que percibía que era la perspectiva de la iglesia católica romana respecto al libro de Romanos. Y es posible que la Epístola a los Romanos de Karl Barth fuera el trabajo teológico más influyente del siglo veinte.[1] En los últimos veinticinco o treinta años ha surgido un gran debate teológico respecto a la relación entre la salvación y las buenas obras en Romanos y el resto de las cartas de Pablo, el cual se conoce como la Nueva Perspectiva sobre Pablo. Los comentarios generales acerca de Romanos exploran estos temas en detalle. Aquí nos concentraremos específicamente en lo que la carta contribuye para la teología del trabajo. Por supuesto, debemos tener un entendimiento básico de las ideas generales de Pablo antes de aplicarlas al trabajo, así que estudiaremos la teología general hasta cierto punto en cuanto sea necesario.
Ver, por ejemplo, Ian A. McFarland, Creation and Humanity: The Sources of Christian Theology [La creación y la humanidad: las fuentes de la teología cristiana] (Louisville: Westminster John Knox Press, 2009), 138.