Esperar ansiosamente la redención corporal para nosotros y la creación de Dios (Romanos 8:18-30)
Ser “glorificado” con Cristo (Ro 8:17) es nuestra esperanza para el futuro, pero de acuerdo con Pablo, esa esperanza es parte de un proceso que ya está en marcha. Debemos participar pacientemente en él con la expectativa de que en algún punto se completará (Ro 8:18–25). El regalo del Espíritu Santo ya recibido como “las primicias” de este proceso (Ro 8:23) implica nuestra adopción como hijos de Dios (Ro 8:14–17, 23), lo que constituye una prueba de que el proceso está en marcha.
Este proceso culmina con “la redención de nuestro cuerpo” (Ro 8:23). Este no es un rescate de nuestra alma fuera de nuestro cuerpo físico, sino la transformación de nuestro cuerpo junto con toda la creación (Ro 8:21). Este proceso ya ha comenzado y hoy día experimentamos sus “primicias” (Ro 8:24) en nuestra vida y en el trabajo. Aún hay más y mejores cosas por venir, pero en el presente “la creación entera” gime con “dolores de parto” mientras espera ansiosamente la liberación de su propia “esclavitud de la corrupción” (Ro 8:19–23). Claramente, Pablo está usando una imagen de Génesis 2–3, en donde no solo Adán sino toda la creación misma fue sometida a corrupción y muerte y ya no era capaz de vivir conforme al plan que Dios diseñó para ella. Esto nos recuerda que debemos considerar el impacto de nuestro trabajo en toda la creación de Dios, no solo en las personas. (Para más información sobre este tema, ver “Dominio” en Génesis 1:26 y 2:5).
El proceso es lento y algunas veces doloroso. Pablo dice que “gemimos” mientras esperamos que se cumpla, y no solo nosotros individualmente, sino que “la creación entera a una gime y sufre dolores de parto” (Ro 8:22–23). Esto refleja los gemidos de Israel cuando fueron esclavos en Egipto (Éx 6:5) y nos recuerda que casi 30 millones de personas todavía son esclavas en el mundo actual.[1] No podemos estar contentos solamente con nuestra propia liberación de las fuerzas del mal en el mundo, sino que debemos servir a Dios fielmente hasta que Él complete Su salvación en todo el mundo.
Sin embargo, la salvación del mundo es segura, porque “para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a Su propósito” (Ro 8:28). Dios está trabajando en nosotros ahora mismo y se acerca el momento en el que la salvación de Dios se completará en el mundo. El veredicto original de Dios de que es “bueno en gran manera” (Gn 1:31) se confirma por la transformación que trabaja en nosotros ahora mismo y que se cumplirá en el tiempo de Dios.
Ya que la transformación todavía no se completa, debemos estar preparados para las dificultades que se presentarán en el camino. Algunas veces hacemos un buen trabajo y luego lo vemos desperdiciado o destruido por el mal que está en este momento en el mundo. Incluso si hacemos un buen trabajo, este puede ser destruido. Nuestras recomendaciones pueden ser desatendidas. Se nos puede acabar el capital, podemos perder las elecciones contra un tramposo, nos podemos ahogar en trámites burocráticos o no hacer uso provechoso del interés de un estudiante. O puede que tengamos éxito por un tiempo y después descubramos que nuestros resultados fueron anulados por eventos posteriores. Los trabajadores del campo de la salud, por ejemplo, han estado a punto de erradicar el polio varias veces, pero terminan enfrentando nuevos brotes debido a la oposición política, la ignorancia, la transmisión relacionada con las vacunas y el ritmo rápido de los viajes modernos.[2]
“Inaugural Global Slavery Index Reveals More Than 29 Million People Living in Slavery” [El índice de esclavitud global inaugural revela que más de 29 millones de personas viven en esclavitud”, Global Slavery Index 2013 [Índice de esclavitud global 2013], Octubre 4 del 2013, http://www .globalslaveryindex.org/category/press-release.
“Poliomyelitis Eradication” [Erradicación de la poliomielitis] en Wikipedia http://en.wikipedia.org/wiki/Poliomyelitis_eradication.