Cómo pueden los cristianos experimentar un descanso más profundo

Artículo / Producido por el Proyecto de la Teología del trabajo

Dios ama tanto a las personas que está dispuesto a dejar el lugar de perfecto descanso con el fin de entrar en el desasosiego del mundo. Cristo, el Señor del sábado, se encarna como un hombre que «no tiene dónde recostar la cabeza» (Mateo 8:20), de modo que sus seguidores puedan hallar verdadero descanso. Esta sección final analiza cómo pueden las personas experimentar un descanso más grande y profundo. El primer paso es mirar a Jesús con una fe que se profundiza.

Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallareis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera (Mateo 11:28-30).

Los creyentes pueden entregarle sus cargas a Jesús y experimentar un descanso más profundo. Sin embargo, se requiere una total rendición de la mente, el corazón y la voluntad.

Muchas barreras para el descanso comienzan en la mente. Los pensamientos enojados, temerosos o ansiosos impiden el descanso. es especialmente difícil descansar cuando las circunstancias de la vida crean resentimientos contra los demás, temores por el sinnúmero de cosas que pueden salir mal, o ansiedad respecto a las expectativas de los demás. Hebreos les recuerda a los creyentes que se deshagan de los obstáculos de la mente y más bien miren a Cristo, con confianza en él para el futuro.

Cristo mismo, cuando enfrenta la agonía y la vergüenza de la muerte, se enfoca en el gozo del futuro.

Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestro tan gran nube de testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz, menospreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios (Hebreos 12:1-2).

Esta libertad de fijar los pensamientos activos en Cristo, y en particular en una futura esperanza de gloria, se puede encontrar a través de las cartas del Nuevo Testamento.

Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad (Filipenses 4:8).

Si habéis, pues, resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, nuestra vida, sea manifestado, entonces vosotros también seréis manifestados con Él en gloria (Colosenses 3:1-4).

Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación, al no poner nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas (2 Corintios 4:17-18).

Una parte crucial de experimentar el descanso profundo es ser proactivo respecto a qué pensamientos ocupan la mente. Filipenses exhorta a las personas a pensar en cosas buenas, verdaderas y bellas. Colosenses anima a los cristianos a imaginar el glorioso futuro que espera a todos los que miran a Cristo. 2 Corintios les pide a los creyentes que reconozcan los actuales problemas y dificultades como sufrimientos efímeros comparados con el descanso eterno que espera. Los cristianos pueden escoger seguir este consejo o ser abrumados por las pruebas y dificultades. Descansar plenamente es anclar la mente en Jesús y el perfecto futuro que espera a todos los que lo siguen.

Segundo, entrar en un descanso fiel implica examinar los deseos existentes. Jesús invita a «todos los que están cansados» a venir a él para recibir descanso (Mateo 11:28), pero cada individuo primero debe responder en su corazón a esa invitación. Venir a Cristo no es una decisión trivial o pasiva. Jesús deja claro que ser discípulo es una realidad que consume la vida y requiere una abnegación que no surge naturalmente.

Entonces Jesús dijo a sus discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Pues ¿qué provecho obtendrá un hombre si gana el mundo entero, pero pierde su alma? O ¿qué dará un hombre a cambio de su alma?» (Mateo 16:24-26).

Cada persona tiene algo en su corazón que él o ella cree falsamente que le traerá descanso. Muchas personas no experimentan el verdadero descanso porque consciente o inconscientemente persiguen algo que promete descanso, pero jamás puede brindarlo. La Biblia considera como un ídolo cualquier cosa que la gente busque por sobre Cristo. Algunas personas reprenden o abusan de otras esperando que eso las haga sentir menos inadecuadas. Otros se entretienen hasta el puno de la insensibilidad, o desatan sus emociones hasta la extenuación. Aún otros pueden acumular logros con la esperanza de escalar lo bastante alto para elevarse sobre el temor de carecer de lo que necesitan. Cuando las personas sienten estrés y fatiga por la semana laboral o experimentan ansiedad, muchos se vuelven a estos ídolos para hallar una sensación de alivio. El pastor Tim Keller desarrolla este punto en su libro Dioses que fallan.

Un ídolo ocupa una posición de control tan fuerte en su corazón de forma que invierta en él la mayor parte de su pasión y su energía, sus recursos emocionales y económicos, sin pensárselo dos veces. Puede ser la familia y los hijos, la carrera profesional y ganar dinero, los éxitos y el aplauso de los demás, o guardar las apariencias y conservar la posición social. Puede tratarse de una relación sentimental, la aprobación de nuestros iguales, la competencia y la capacidad, unas circunstancias seguras y cómodas, su belleza o su intelecto, una gran causa política o social, su moral y su virtud o incluso el éxito en el ministerio cristiano… Un ídolo es cualquier cosa en la que fije su vista y diga, en lo más íntimo de su corazón: «Si consigo eso, mi vida tendrá sentido. Entonces, sabré que tengo valor, me sentiré importante y seguro»16.

Keller argumenta que incluso las cosas buenas se pueden convertir en ídolos que ocupan el lugar de Cristo. Las personas acuden instintivamente a estas cosas para que les concedan una sensación de descanso más profundo, pero todos los ídolos fallarán en algún punto. Los ídolos impiden que las personas confíen en Dios, y así la gente se pierde la gracia que trae verdadero descanso. Dios invita a sus seguidores a descansar en medio del trabajo, pero los ídolos requieren un frenesí en constante aumento. ¿Cómo pueden las personas derrocar estos ídolos y poner a Cristo en el centro de los deseos del corazón? La respuesta es el arrepentimiento. En el arrepentimiento, la persona rinde la ilusión del control. Tiene que morir a una falsa sensación de autosuficiencia. Más bien cada creyente debe confiar en que Dios puede proveer todas las «peticiones de tu corazón» (Salmo 37:4) y lo hará por gracia. Sin este arrepentimiento, no se puede experimentar el descanso profundo.

Marva Dawn, en su libro Keeping the Sabbath Wholly, describe lo que la gente encuentra cuando se arrepienten de los ídolos y se rinden completamente a Dios. «Cuando dejamos de empeñarnos en ser Dios, aprendemos una clase totalmente nueva de contentamiento, el deleite de la presencia de Dios en nuestras circunstancias presentes. Cuando rendimos nuestra boba rebelión contra los propósitos de Dios, descubrimos que él provee la seguridad que estábamos buscando»17.

Finalmente, los hábitos de las personas pueden estorbarles la experiencia del descanso profundo. Es importante analizar si los actuales ritmos de trabajo y descanso acercan a la persona a una serena comunión con Dios, o la alejan de ello. En el Antiguo Testamento, Dios instituye varios patrones o ciclos de descanso, creando ritmos regulares para los israelitas. Si bien el sacrificio de Jesús libera a los cristianos de la necesidad de seguir la ley del Antiguo Testamento al pie de la letra, no obstante, los ritmos semanales, mensuales, estacionales, anuales y sabáticos pueden proveer las directrices necesarias para las personas que quieran entrar en el liberador descanso que Cristo hace posible.

Para resumir, las siguientes son algunas sugerencias prácticas para aquellos que quieren entregar sus cargas a Jesús y entrar en el descanso de Dios:

  1. ​​Reflexionar sobre las cosas que son justas, puras y agradables (Filipenses 4:8). A algunas personas les resulta útil llevar un diario de gratitud18.
  2. Imaginar un futuro que trasciende los problemas actuales de este mundo (Colosenses 3:1-4). Puede resultar útil cultivar una imaginación santa19.​​
  3. ​​Reformular los problemas actuales como algo pequeño dentro de una escala temporal eterna (2 Corintios 4:17-18). Imagina mirar una situación actual desde un punto temporal futuro distante (también conocido como modelo de «adelanto rápido» para la toma de decisiones20.
  4. ​​Si existe una solución que promete arreglar todos los problemas de la vida, y no es Jesús, arrepiéntete de ello21.
  5. ​​Reflexionar si añadir prácticas de descanso diario podría ser provechoso. Algunos ejemplos son: leer un libro devocional diario22 o plan de lectura bíblica (si esto no se siente como trabajo desagradable), orar en adoración al comienzo y al final de cada día23, u orar juntos con la familia en una comida nocturna.
  6. ​​Reflexionar sobre las prácticas semanales de descanso que se sienten restauradoras. Algunas personas se comprometen con un día entero de descanso a la semana, o con una reunión semanal de un pequeño grupo de cristianos. A muchas personas, un servicio semanal en la iglesia les resulta renovador, pero eso no debería servir como una especie de indicador ideal del descanso sabático. Otras ideas de descanso semanal pueden ser: tener una comida con amigos y vecinos, tocar o escuchar música, o participar de una actividad física divertida.
  7. ​​Existen otras prácticas de descanso que podrían ayudar a las personas a reenfocarse en Dios ya sea estacional o anualmente. Pasar periodos extendidos en oración o leyendo la Escritura. Asistir a un retiro. Celebrar feriados o épocas de devoción espiritual más intensa, tales como Adviento y Cuaresma.

Una importante pregunta acerca de las prácticas personales de descanso, cualesquiera que sean, es si conducen a la persona a una más profunda experiencia de la fidelidad de Dios. Dios concede el sabbat semanal a los israelitas para recordarles su inagotable y fiel provisión, y Jesús sana un día sábado para demostrar su dominio último sobre todos los problemas. Cualquier enfoque en particular, ya sea asistir a un servicio en la iglesia, leer un devocional, o comer con amigos, no es una solución a prueba de tontos. Más bien, todas las prácticas conceden a las personas mayores oportunidades de tener comunión con Dios, en quien la humanidad halla el descanso más profundo y satisfactorio.

También es importante señalar que hay épocas en la vida cuando un individuo tal vez no sea capaz de experimentar el descanso que podría necesitar. Por ejemplo, los padres recientes, no pueden tomarse un día libre de cuidar de las necesidades de su bebé. A los emprendedores, que a menudo no tienen a nadie a quien puedan delegarle todo el trabajo necesario, puede resultarles imposible apartar tiempo suficiente para descansar. En estas épocas cuando las personas no pueden descansar adecuadamente, no necesitan sentirse culpables, sino más bien acudir a Dios con la expectante esperanza de futuros ritmos de descanso y trabajo. «Queda todavía un reposo especial para el pueblo de Dios» (Hebreos 4:9), tanto desde una perspectiva eterna como en esta vida. Los bebés crecen, los emprendimientos desarrollan capacidades institucionales, y las prácticas personales del sabbat cambian mientras que la bondad de Dios permanece constante.

Timothy Keller, Dioses que fallan: Las promesas vacías del dinero, el sexo y el poder, y la única esperanza verdadera (Andamio, 2015), pp. 19-20.

Marva J. Dawn, Keeping the Sabbath Wholly: Ceasing, Resting, Embracing, Feasting (William B. Eerdmans Publishing Company, 1989), 56, 61.

https://www.thehighcalling.org/articles/essay/dont-worry-be-thankful-14-happy-ways-teach-kids-be-grateful

https://www.thehighcalling.org/articles/daily-reflection/developing-holy-imagination

http://prevailinglife.com/in-decision-making-push-fast-forward/

Timothy Keller, Dioses que fallan: Las promesas vacías del dinero, el sexo y el poder, y la única esperanza verdadera (Andamio, 2015).

https://www.bible.com/reading-plans/1580-finding-work-life-balance

http://anarborvineyard.org/resources/537